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17 Mira, tuve tal angustia,
    pero fue por mi bien.
Tú salvaste mi vida del sepulcro,
    porque perdonaste todos mis pecados.
18 En el lugar de los muertos no se te puede agradecer;
    los muertos no te pueden alabar.
Los que van al sepulcro
    no pueden confiar en tu fidelidad.
19 Son los que están vivos, los que tienen vida,
    quienes pueden darte gracias,
    como yo lo hago hoy.
Los padres enseñan a sus hijos
    acerca de tu fidelidad.

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